Reseña:
Menga Lüdke en este texto menciona diferentes exponentes que hacen una discusión, bien argumentada sobre la escuela, el docente, la relación del docente con sus estudiantes y la mirada de la escuela desde ambas partes.
Desde la expresiva imagen propuesta por Giddens (2000), sostienen por un tiempo que la escuela tiene una apariencia de cumplimiento de funciones, las cuales se van deteriorando y deshaciendo a tal grado que la misma se vacía en su interior. Este factor es observable desde las relaciones entre el alumno y docente, en la estructuración de las clases, en la jerarquía que suelen tener los administradores con los docentes y los docentes con los estudiantes, lo cual hace seguir viendo a la escuela como la misma institución. A pesar de esta posición, últimamente se le viene asignando algunas funciones específicas del hogar, como la transmisión de valores y la formación cívica de los futuros ciudadanos. Dentro de esta crisis de la escuela la autora presenta dos configuraciones: La escuela vista como centro social, preocupada por los valores y la conducta y/o la escuela vista como un lugar de aprendizaje en dirección a la instrucción cognitiva y en base del saber especializado, en recursos didácticos y la innovación permanente. Es aquí entonces donde el oficio del docente frente a todos estos cambios se vuelve complejo; ya que el docente debe enfrentarse a la construcción de "buenas" relaciones con los alumnos, el trabajo de las emociones del mismo y de los otros, la efectividad con la cual debe impartir conocimientos, la confrontación al tomar decisiones que le parezcan convenientes, con el sin sabor de saber si lo hizo bien...todo por que delega funciones que pone a prueba su eficacia y sus propios objetivos. Esta metier para muchos es considerada fácil, incluso para muchos que quieren ejercer dicha profesión, algunos porque creen que es solo de memorización y observación, dejando a un lado la reflexión de las estrategias que se brindan. Desde esta postura, en años anteriores y hasta el momento muchos se reconocen como productores de un saber, y no como repetidores de saberes creados por profesionales como lo mencionaba Tardif.
Por último cabe mencionar que Tardif y Zourhlal (2005) crearon una investigación que permite reflejar la polarización entre la investigacion recibida en la universidad y la que se debe tener para la educación básica, pretendiendo así, formar un puente entres los dos, para fortalecer la investigación en educación. Esto solo se dará, cuando ambas instituciones eliminen "las barreras que tienen"; siendo esto posible, la universidad aportará el modelo científico y la escuela el discurso pedagógico, cotidiano y humano.
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