domingo, 22 de abril de 2018

El Enfoque de Competencias: Una Perspectiva Crítica para la Educación - Fabio Jurado Valencia

Reseña:
En este artículo, el autor inicia mencionando la ambigüedad de la competencia, teniendo en cuenta que esta palabra puede representar más de un significado o sentido, dependiendo el contexto y la subjetividad de una organización y/o individuo.  Del mismo modo trae alusión que en las dos últimas décadas, la palabra competencia está jugando en el campo de la educación, como medio que se pregunta lo que es pertinente de aprender en las aulas  escolares. Para los detractores, este término hace parte del discurso neoliberal y del modelo económico para la globalización, mientras que para algunos que reivindican (defienden) es un medio que busca el vínculo con el aprendizaje y la vida, que promueve el sentido de lo que se aprende. Otros tienen otras visiones: como la capacidad, como potencialidad o como habilidad.
Según Barnett se resiste a identificar entre las competencias, las habilidades cognitivas y pragmáticas donde sobresale el conocimiento reflexivo, el diálogo, la argumentación, actitudes “metacriticas” y de “metaaprendizajes” entre otras características propias de un sujeto competente, tal como se asumen desde la semiótica: la competencia es un “saber-hacer”. La escuela en esta “competencia” aporta o ayuda en la potencialidad humana pero no garantiza   rendimiento o actuación de una persona (Performances). Al menos tres matices se pueden identificar respecto a las competencias en el contexto de la educación: La perspectiva academicista, unidimensional que muestra cómo las educación formal es el lugar para "adquirir" competencias "tecnicas" y "analiticas". La perspectiva operacionalista, unidimensional que es educar "individuos capaces de operar a partir de sus conocimientos y capaces de desplegarlos en el mundo del trabajo con el fin de operar con más eficacia", (saber-hacer para un ingreso salarial). La perspectiva multidimensional, que buscar romper con el discurso unificador y darle vía a el gran número de discursos heterogéneos de la vida académica y social, (transversalidad, "articulación de conocimientos"). Por último se habla de competencias profesionales que abordan el saber-hacer en una prueba escrita y/o diseño de un material; implica la interpretación, el análisis, la confrontación de hipótesis y la producción. 

domingo, 15 de abril de 2018

La Escuela No Es Una Empresa - Christian Laval

Reseña:
Laval menciona en primera instancia, que el sistema educativo ve al ser humano como un recurso (humano) y un consumidor que satisface, y observa que la institución escolar donde se "forma", tiene su mirada en el campo de la productividad, de la industrialización y lo mercantil. Dejando a un lado la distribución de posibles saberes, afirma que esto acontece, por lógicas de eficacia que se dan por situaciones "culturales y políticas". El trabajo de redefinir la institución escolar como empresa, fue llevado a cabo en los años 70, mediante diálogos de expertos nacionales e internacionales de países avanzados como Canadá. Dado esto la pedagogía en los años 80, se convierte en una gestión mental y algunos proponían que el profesor fuera el gerente de las clases.
La enseñanza escolar es considerada la formación inicial, donde se adquiere una cultura básica que es orientada a la formación profesional; "la empresa", en este caso la escuela pretende ser formadora, pero orienta a la producción y formación, llevando al "trabajador" a que aprenda a efectuar las elecciones óptimas que se esperan de él. Respecto a esto la OCDE dice que el aprendizaje debe responder a varios objetivos: favorecer la realización personal, enriquecer el ocio, reforzar los valores democráticos, entre otras cosas que sin lugar a duda tienen en cuenta la mirada de la empresa. Por otra parte la comisión europea, supone que la escuela dota al joven de competencias básicas y debe antes que nada enseñar a aprender. Los medios industriales y las esferas políticas consisten en pensar que la escuela debe proporcionar herramientas suficientes para que el individuo adquiera la autonomía para un  aprendizaje permanente, prescindiendo de los saberes impuestos y fastidiosos. En el transcurso de la "formación" se busca la estrategia de competencias, donde se reconoce a los asalariados conocimientos prácticos que no son certificados por un diploma y que los contratistas no están dispuestos a reconocer. En este sentido la competencia es aquello por lo cual un individuo es útil a una organización productiva. La pedagogía de la competencia, busca en dejar lo "tradicional", reduciendo la transmisión de conocimientos y llevando a los educandos a reflexionar y a aprender de sí mismos, al dejar que los mismos tomen la iniciativa, se reflejara una preparación para el capitalismo moderno.